Érase que sex era

Mientras el rapsoda declamaba con pasión arrebolados versos de amor, el mundo explotaba en pura e incontenible pasión: Los labios de Lisboa se disparaban sin control para besar al Golfo de México, África se insinuaba sin pudor a Brasil, EEUU entornaba los ojos frente a la vieja Europa, Chile se hacía el pudoroso mirando hacia otro lado y, en retaguardia, el Delta del Ebro enfebrecía a la lasciva Roma que no disimulaba sus deseos impúdicos.

No era un inocente Mapamundi, era el mundo terrenal en ascuas, eran Sodoma y Gomorra en estado puro, era, ya sospechaba yo, érase que sex era.

NOTA: Este relato obtuvo el 2º premio en el concurso de minificciones a partir de una imagen de abril de 2012 en Triple C.

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